viernes, 13 de junio de 2008

Fraccionamiento. 1830's-XX

(Articulo en proceso).

Este periodo corresponde desde la venta hecha por Alejandro Mariano o su madre María Josefa hasta inicios del siglo XX, hasta que las haciendas nacientes del fraccionamiento empiezan a fragmentarse en pequeñas propiedades o en ejidos y desaparecen como tales.

Aunque la venta final de la hacienda de Uluapa presenta algunos problemas por parte de miembros de la familia. En 1842 se menciona que la testamentaria de la marquesa promovió un “negocio” contra los compradores de la Hacienda, por incumplimiento en los pagos.

En 1839 el teniente coronel Antonio Acevedo y Cosió vende 13,201 cabezas de ganado, esta podría ser una de las ultimas acciones de la familia con respecto a las haciendas que poseyeron en la región por mas de 250 años.

Parece que estos últimos pleitos legales se van resolviendo y concluyen en la década de 1850's.

Con las últimas acciones de la familia Acevedo y con la turbulencia de mitad del siglo XIX, se van configurando las nuevas entidades territoriales, junto con nuevos dueños, que a su vez se ven envueltos en nuevos pleitos por sucesiones, compras, etc. que le van dando una nueva y propia historia.

A finales del siglo XIX en el territorio perteneciente a la familia Acevedo y Cosió, el antiguo marquesado de Uluapa, están definidas nuevas haciendas, así como el nuevo territorio de la de Uluapa. El marquesado de Uluapa lo conformaba el mayorazgo de Uluapa junto con otras propiedades.

Las nuevas haciendas son al norte la hacienda de Mata de Agua, que posteriormente se dividió quedando a finales del siglo: Mata de Agua con 21,506 ha. (12.25 sitios), la hacienda San Francisco con aprox. 5,000 ha. (3 sitios), la hacienda del Aguacate con aprox. 5,000 ha. (3 sitios).

Al sur-occidente están la Hacienda de San José del Carmen y la hacienda que sigue conservando el nombre de Uluapan.

Al sur-oriente estaban la Hacienda de La Soledad, la de Buena Vista y la de San Gerónimo.

Otros terrenos también se desprendieron: dos sitios que fueron cedidos al pueblo de Tesechoacan, así como los terrenos vendidos al pueblo de Tuxtilla a finales del siglo XIX.

Hay terrenos que habían pertenecido al mayorazgo que con la delimitación de los estados de Veracruz y Oaxaca hecha a finales del siglo XIX, quedaron en el estado de Oaxaca. Se ignora si fue tal hecho o fue otra la razón por la que se desprenden del territorio del Mayorazgo.

Con este gran desmembramiento del siglo XIX, cada nuevo territorio adquiere una identidad.

Cada una va evolucionando diferente, ya sea por efectos del manejo de sus dueños o por causas ajenas, que las llevan a la pulverización durante el siglo XX.

La pulverización ya había empezado en algunas haciendas antes de 1915 pero se acelera con las nuevas leyes que se van dando a partir del inicio del reparto agrario en 1915.

En las siguientes décadas nacerán por una parte los ejidos y por otra los pequeños propietarios, estos han sido los nuevos actores propietarios de las tierras durante el resto del siglo XX, con una serie de problemas complejos. En muchos casos interminables, tal como eran los problemas de sucesión en la época colonial, varios casos sin resolver en la actualidad, principios del siglo XXI.

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